Foto: ONU Noticias
[31 Ene 2016.]
Según cifras de la ACNUR y la OIM, en lo que va corrido del 2016, han muerto 140 refugiados provenientes de Siria, Afganistán e Irak, en un intento por cruzar el mar Egeo y entrar a Europa. Es decir, diez veces más que en enero del 2014 y dos veces más que en enero del año pasado, aproximadamente.
En lo que va del año, han llegado 44.040 personas a las islas griegas y 2.200 a las costas italianas, para un total de 46.240 personas, según cifras oficiales. Declaraciones de los refugiados señalan que para estos días los traficantes han bajado las tarifas de transporte, lo cual actúa como incentivo a asumir tal travesía sin importar los riesgos.
En medio de esta crisis de refugiados, el papel que ha desempeñado Grecia ha sido reconocido y admirado por diversos entes internacionales, pues su compromiso y atención humanitaria con los migrantes se ha destacado entre todos los países de Europa, respondiendo también a su condición de ser el puerto ideal para los refugiados por su cercanía a Turquía y el bajo costo de la ruta hasta su territorio.
Lastimosamente otros países de la Unión Europea han expresado su inconformismo por el tratamiento que Grecia le ha dado a la crisis y la han acusado de no respetar su obligación de controlar sus fronteras en forma estricta y abrieron la posibilidad de retirar a ese país del acuerdo Shengen.
Esta actitud se suma a una serie de medidas legales y actitudes adoptadas en varios países de Europa entre las que se encuentra la ley de confiscación de bienes a refugiados, aprobada por el parlamento danés, la prohibición de entrada a refugiados en bares y discotecas del suroeste de Alemania, la implementación de puertas rojas en las casas de refugiados con el fin de ser identificados y el ataque continuo a centros de albergue para migrantes en Alemania.