[Foto: Universidad Nacional]
[05 Feb 2018]
Estudiantes de la Universidad Nacional, sede Bogotá, rechazaron la creación de una nueva acta de compromiso por parte de las directivas que se haría firmar a las y los estudiantes que tengan puesto de venta al interior de la institución y en donde se les compromete a dejar de realizar esta actividad.
El acta sería aplicada a los estudiantes que sean descubiertos realizando este tipo de actividades y en ella se comprometen a dejar de hacer ventas ambulantes, colaborar con terceros que ingresen a la institución a realizar la misma acción y, en dado caso de reincidir en este tipo de hechos o de ser denunciando ante una facultad, serán sometidos a que se les abra una investigación disciplinar en el Comité de Resolución de Conflictos y asuntos Disciplinarios de la respectiva facultad.
De acuerdo con Daniela Herrera, representante de los estudiantes por la Facultad de Medicina, actualmente en la universidad podrían haber más de 90 chazas (tiendas ambutantes) y en ellas trabajarían tanto estudiantes de la institución como personas externas y la inconformidad del estudiantado en general radicaría en que no existe una propuesta alrededor de un espacio de diálogo para escuchar a las personas que trabajan en estos espacios.
Además, muchos de los estudiantes han afirmado que trabajan allí para poder pagar el semestre, el transporte público, los gastos en fotocopias y su alimentación, situación que, de acuerdo a Daniela Herrera, se podría solventar si existiese mejoras en el Bienestar Universitario.
Las propuestas de los estudiantes
Frente a esta problemática Daniela Herrera afirmó que en otras universidades del país se ha generado una regulación efectiva a este tipo de puestos de trabajo, ejemplo de ello sería la Universidad de Antioquia, donde permiten que haya una sana convivencia entre el campus universitario y el trabajo. (Le puede interesar: "Universidad Nacional necesita presupuesto para seguir siendo pública")
Sin embargo, para Herrera, si no hay una disposición por parte de las directivas y de Bienestar Universitario para generar un espacio de diálogo entre estudiantes, personas externas que trabajan en estos lugares y la rectoría, será muy difícil definir el destino de las “chazas” y de las personas, alumnos o no, que sobreviven de este trabajo.