Foto:Info7.mx
El atentado ocurrió en la ciudad de Karachi, cuando más de diez hombres en motocicleta dispararon contra el autobús que transportaba miembros de la minoría Chií ismaelita.
Estado Islámico, y otros grupos insurgentes suníes y talibanes se han atribuido el atentado. Dichos grupos llevaban ya más de dos años amenazando a la minoría y más de una década a las autoridades Pakistaníes. Según Ayesha Aly, portavoz de la comunidad Ismaelí “… el autobús hacía su ruta habitual cuando ha sucedido el ataque. La gente simplemente hacía su vida normal, yendo a ganarse la vida…”.
La primera reivindicación del atentado ha sido del Estado Islámico en un comunicado afirmaba “…Gracias a Dios, 43 apóstatas han resultado muertos y casi otros 30 heridos en un ataque de los soldados del Estado Islámico contra un autobús que transportaba a gente de la rama chií ismaelí… en Karachi…”.
Más tarde el Ejército de Dios (Jundullah) también emitía un comunicado “…Los muertos eran Ismaelíes y les consideramos kafir (infieles). Hemos empleado cuatro atacantes. En los próximos días atacaremos a ismaelíes, chiíes y cristianos…”.
Este último grupo pertenece a la rama extremista suní y tiene vínculos con los Talibanes de Afganistán, las autoridades de Pakistán creen que ha jurado lealtad al EI, de tal manera podría ser un atentado coordinado conjuntamente.
Karachi es la ciudad portuaria más popular de Pakistán, con 20 millones de habitantes, es blanco habitual de la violencia sectaria entre distintas ramas islamistas y entre los partidos que se disputan el poder, desde la invasión de Afganistán la violencia se ha acrecentado llegando en los dos últimos años a más de 2000 personas muertas.
La minoría Ismaelí constituye el 20% de la población de Pakistán, otras minorías como la cristiana o los sijs forman el 5%, todas ellas están siendo blanco de la violencia sectaria que azota al país.