Bojayá despide sus víctimas y pide atención para quienes habitan allí

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Tras 16 años de los hechos ocurridos en Bellavista Bojayá, en el que un cilindro bomba explotó en medio de un combate dejando 79 víctimas fatales, se hizo entrega de 72 víctimas identificadas a sus familiares, quienes los despidieron en medio de cantos y oraciones.  (Le puede interesar: ‘Bojayá entre fuegos cruzados’, el documental que reconstruye la verdad de un pueblo)

El derecho a un entierro

El 2 de mayo del 2002 en medio de un enfrentamiento entre las  Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y la entonces guerrilla FARC-EP, 79 habitantes de Bellavista en Bojayá  perdieron la vida; a partir de ese momento tanto familiares como sobrevivientes de estos hechos exigieron a las instituciones correspondientes la exhumación y clasificación los restos de las personas que murieron en estos hechos.

De esas víctimas, 72 fueron entregadas el pasado 12 de noviembre, 7 casos restantes correspondes a restos que han sido difíciles de identificar ya sea porque no hay ADN de familiares vivos para contrarrestar datos, o en su defecto por la complejidad en la clasificación de estos, teniendo en cuenta que muchas de las víctimas compartieron por un largo periodo el mismo espacio de sepultura. (Le puede interesar:Víctimas de Bojayá piden respeto al duelo)

Según Yuber Palacios, representante del Comité de Víctimas de la Masacre de Bojayá la sensación para la comunidad es agridulce, "aquí no hay  motivo de celebración, este es un momento de tristeza, silencio y dolor", y resaltó que este es un proceso para culminar el duelo para muchos familiares, "hemos recibido cuerpos plenamente identificados, otros que no lo están por completo y otros aún en condición de desaparecidos, por ahora no perdemos  la esperanza de poder culminar este ciclo".

Así mismo Leyner Palacios víctima y habitante de Bojayá agregó, "[nosotros esperamos que este proceso permita iniciar un momento de cierre del duelo suspendido por 17 años, esperamos que en estos 15 días podamos hacer los actos rituales mortuorios como son  el velorio y la novena y poder dar cristiana sepultura a estas personas que han significado para nosotros esperanza en medio de un periodo de olvido estatal de las comunidades afro en Colombia.".  (Le puede interesar:«Yover»el cortometraje de Bojayá que se estrenará en la Berlinale)]

pos de la Masacre perpetrada el 2 de mayo de 2002 en el municipio de Bojayá, Chocó, a su territorio. #HonraALosSagradosEspíritus pic.twitter.com/5T8WbxnTMo

— Unidad Víctimas (@UnidadVictimas) November 11, 2019

"Esperamos que cerrar este duelo en Bojayá implique una mirada distinta del gobierno a nuestras comunidades"

Más de una década después de una de las masacres más lamentables en el país, las comunidades afro de Colombia viven con temor, los hoy familiares de las victimas de este episodio, resaltan el  pánico ante la repetición de un hecho similar, según Leyner Palacios, "h[oy lamentamos que en Bojayá estemos recibiendo los cuerpos de nuestros familiares y vecinos, pero también esperamos que esta sea una lección para nuestro Estado, en el sentido que esto no debería seguir pasando en nuestro territorio".]

[Para Palacios esta entrega no solo  significa el cierre de un periodo de duelo, sino también que sea el momento para que el gobierno preste atención a Bojayá más allá de sus muertos,"necesitamos una mirada distinta del gobierno a nuestras comunidades en materia de atención en salud, educación y vivienda que tanto necesita esta juventud que sobrevivió a esta masacre" resaltó Palacios.]

"Bojayá existe sobre todo, y cada vez más, como símbolo de paz y reconciliación" Leyner Palacios

Palacios perdió a 29 de sus familiares en la noche del 2 de mayo en la iglesia de Bellavista,  y es uno de los mayores creyente en el proceso de paz en Colombia, y destaca que Bojayá se posicionó en la cabeza y el corazón de miles de colombiano por la tragedia de una "guerra sin límites"  como se denominó en un informe de memoria histórica , pero también quiso acotar que Bojayá existe sobre todo, y cada vez más, como símbolo de paz y reconciliación; "recuerdo el acto de  perdón de las Farc al  pueblo  bojayacenses en el  2015, para nosotros como víctimas fue de gran importancia, nos permite soltar y recordar que el perdón es posible", dijo Palacios.

Por último el bojayence añadió que el proceso de reconciliación es  lento e incierto, y viene en un proceso de sanación de quienes perdieron a sus seres queridos, pero también de quienes están aún en este territorio y que buscan rescribir una nueva historia de su pueblo, "la recuperación de Bojayá requiere apoyo y que el gobierno se siente a dialogar y ofrecer herramientas para el crecimiento de nuestra comunidad".