Foto: Lafarge Holcim Foundation
[21 Abr 2016]
Luego de que se comprobara que Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, no tenía ningún doctorado en administración pública de la Universidad de París, 14 doctores y candidatos a ese título, reclamaron al alcalde por esa situación y recordaron que “por casos similares de falsedad o plagio han renunciado altos funcionarios en otros países”.
Desde la alcaldía se había contestado a la opinión pública que Enrique Peñalosa nunca había dicho que tenía un doctorado, sin embargo, en varios medios de comunicación aparece entre sus estudios el doctorado, además existen varios documentos, libros, otras publicaciones e incluso en la página de la Alcaldía se señalaba a Peñalosa con ese título.
Ante esa situación y la indignación de quienes realmente son doctores, desde París, un grupo de doctores y aspirantes a ese título enviaron un documento al alcalde basado en la reflexión de Michael Foucault sobre la relación entre “el ejercicio del poder y la manifestación de la verdad”.
“Compartimos esta reflexión a propósito del debate suscitado con motivo de su presunto doctorado en Administración Publica en Paris que, en muchas ocasiones, durante mucho tiempo y ante diferentes audiencias, usted dijo o permitió que dijeran o escribieran como un hecho cierto”, dice la carta donde agregan que “Por supuesto que el falso título de doctor es muy grave, pero puede ser mucho más grave si esta forma de ser gobernante se traslada a decisiones de política pública que afectan a la sociedad y a la naturaleza”, refiriéndose a temas como actual polémica que hay con la Reserva Thomas Van Der Hammen.
Finalmente el documento asegura que es injusto que Peñalosa se haya valido de esos falsos estudios para obtener votos, sin tener en cuenta el sacrificio de otras personas para lograr culminar estos estudios de doctorado es por ello que exigen una explicación del alcalde que aún no se ha dado.
Aquí la carta
Paris, 19 de abril de 2016
Señor
Enrique Peñalosa
Alcalde Mayor de Bogotá
Señor Alcalde
En los albores del siglo III el emperador romano, Septimus Severo, anunció a sus súbditos que había llegado al gobierno porque así lo determinaba el alineamiento de los astros en la hora de su nacimiento y que, en consecuencia, todas sus acciones respondían a la necesidad misma del mundo y se justificaban por sí solas, más allá de la razón, por encima del saber o haciendo abstracción del conocimiento que fundamenta una verdad.
Este momento de la historia, que sin duda usted conoce, le permitió a Michael Foucault iniciar su extraordinaria reflexión sobre la relación que existe entre “el ejercicio del poder y la manifestación de la verdad”. Decía el filósofo francés que hay “procedimientos, verbales o no, mediante los cuales se saca a la luz -y esta puede ser tanto la conciencia individual del soberano como el saber de sus consejeros o la manifestación pública- algo que se afirma o más bien se postula como verdadero, sea claro está por su oposición a una falsedad que ha sido suprimida, discutida, refutada, pero también tal vez por arrancamiento a lo oculto, por disipación de lo olvidado, por conjuro de lo imprevisible” (Foucault, 2014, pp. 24)*
Compartimos esta reflexión a propósito del debate suscitado con motivo de su presunto doctorado en Administración Publica en Paris que, en muchas ocasiones, durante mucho tiempo y ante diferentes audiencias, usted dijo o permitió que dijeran o escribieran como un hecho cierto. Recuerde usted que Foucault se refería a “la noción de gobierno de los hombres por la verdad” y proponía el concepto de aleturgia como espacio de confluencia entre el poder y la verdad. Este asunto de ocultar una verdad o permitir que se mantenga en el tiempo una mentira, debería servir para una reflexión en torno a la ética, al poder en el ejercicio de gobierno que usted inició hace poco más de cien días.
Todo parece indicar que usted, al igual que el emperador Septimus Severo, decidió establecer el “orden mismo de las cosas” desde la imaginación. Por supuesto que el falso título de doctor es muy grave, pero puede ser mucho más grave si esta forma de ser gobernante se traslada a decisiones de política pública que afectan a la sociedad y a la naturaleza (el arte de gobernar y el juego de la verdad no son independientes uno de otro decía Foucault).
Así, por ejemplo, a las evidencias científicas que ordenan proteger la gran reserva forestal Thomas Van der Hamnen, usted responde que no son ciertas y que la reserva se va a urbanizar, frente a estudios de ingeniería ya elaborados para construir en Bogotá un Metro subterráneo, usted decide cambiar el diseño y anunciar, sin fundamentos técnicos, que ahora se va a hacer un metro elevado.
Otra vez Foucault: “No puede haber gobierno si quienes gobiernan no ajustan sus acciones, sus elecciones, sus decisiones, a un conjunto de conocimientos verdaderos, de principios racionalmente fundados o de conocimientos exactos, que no solo dependen de la sabiduría en general del príncipe o de la razón a secas, sino de una estructura racional que es propia de un dominio de objetos posibles, y que es el Estado" (Foucault, 2014, pp. 32)*
Ahora bien, el ejercicio del gobierno no empieza ni termina con el gobernante. Cuando mire hacia atrás hágalo sin odio, con objetividad y se dará cuenta que, para bien o para mal, la Bogotá de 1998 no es la misma ciudad de 2016. El emperador Septimus Severo nunca reconoció a sus antecesores, solo creía en su mandato como emperador y en sus decisiones, que por ser suyas, eran simplemente “divinas”.
Quienes firmamos esta carta estamos adelantando o ya terminamos estudios de doctorado en diversas universidades del mundo. Usted debe saber, señor alcalde, que lo hacemos con esfuerzo y convicción y con ganas de aportarle al país en la medida de nuestras posibilidades. Por eso nos parece injusto que personas como usted, que hoy gobierna a la capital del país, suplante con falsedades lo que a nosotros y nosotras tanto sacrificio nos cuesta.
La comunidad académica en Colombia y en el mundo, pero sobre todo la ciudadanía (quienes votamos y quienes no votamos por usted) merecemos una explicación del Alcalde Mayor de Bogotá. Usted debe saber que por casos similares de falsedad o plagio han renunciado altos funcionarios en otros países.
*Foucault, Michel. (2014). Del gobierno de los vivos: Curso en el College de France (1979-1980). -1ª ed., Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, pp 24,32
Atentamente,
Andrea Marcela Barrera Téllez
Estudiante del doctorado en sociología y género - Universidad Paris 7 - Paris Diderot – Francia
Juan Manuel Hernández Vélez
Ecole doctorale d'histoire du droit, philosophie du droit et sociologie du droit, Université Paris II Panthéon-Assas
Gerardo A. Malagon Valbuena
Universidad Paris V
Doctorado en Neurociencias
Lina del Mar Moreno Tovar
Estudiante de Doctorado en Antropología Social
Escuela Nacional de Antropología e Historia (México)
Tomas Andrés Guzmán
Doctor en Filosofía
Universidad Nacional de Colombia
Sally Ann García Taylor
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS, Occidente
Doctorado en Ciencias Sociales con énfasis en Antropología Social
Guadalajara, Jalisco
México
Oscar F. Amaya Ortega
Universidad de Georgetown
Washington, DC. Estados Unidos
Candidato a Doctor (ABD)
Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales
Andrés Alarcón Jiménez
Doctor en Historia
Universidad Estadual de Campinhas
Brasil
Andrés Felipe Manosalva Correa
Estudiante de Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá
Nataly Camacho
Candidata a doctor en antropología y sociología
Universidad París Diderot VII, París
Gabriel Rojas Andrade
MSc en Teoria Politica
London School of Economics and Political Science
Candidato a doctor en Derecho
Universidad de los Andes
Bogotá
Paula Rodríguez Zorro
Universidad de Göttinen- Alemania
Doctorado en Ecología, Biodiversidad y Evolución.
Department of Palynology and Climate Dynamics
Albrecht von Haller Institute for Plant Sciences
Georg-August University Göttingen
Untere Karspüle 2
Diego F Leal
Estudiante de Doctorado en Sociología
Universidad de Massachusetts-Amherst
Camilo Hernando Perdomo Estrella
Universidad Complutense de Madrid
Doctorando en periodismo UCM