[Foto: Archivo]
[22 Junio 2016 ]
Carlos Lozano Guillén, director del Semanario Voz, califica como histórico y trascendental el anuncio hecho desde La Habana, sobre la firma del cese al fuego bilateral y definitivo. "Éste es el comienzo del fin del conflicto armado en Colombia", se evidencia la voluntad decida de las FARC-EP y del Gobierno, se demuestra que sí es posible llegar a un acuerdo por la vía del diálogo; sin embargo, establecer una fecha no es lo más acertado, puede generar frustraciones e incomprensiones de sectores de la opinión pública, agrega Lozano.
"Para quienes nacimos en la guerra este anuncio es como volver a nacer", sí se tiene en cuenta que se vivieron décadas de intolerancia y sectarismo, en las que sectores como la iglesia católica tuvieron gran responsabilidad. "Por supuesto que la guerrilla va abandonar la vida armada para hacer tránsito a la lucha política, pero el Estado debe cambiar sus métodos y adecuarse a las nuevas condiciones democráticas que demandará el posconflicto, deberá aceptar la oposición, el cuestionamiento al statu quo por las vías constitucionales y abandonar el ejercicio del poder mediante la violencia", afirma Lozano.
Lozano asevera que éste es un acuerdo que compromete a todas las partes, "pese a que la oligarquía se ha acostumbrado a la unilateralidad y el odio"; ahora, uno de los grandes problemas es la reconciliación que será más difícil que la implementación, pues exige que haya un ejercicio ciudadano de verificación para que los acuerdos sean implementados conforme fueron acordados.
"Tiene que acabarse con la venganza y con la retaliación", asegura Lozano e insiste en que las víctimas nos dan una esperanza de vida, construyendo la paz sobre otras bases y otros sentimientos y de allí la necesidad de que cada quién asuma su responsabilidad de forma autocrítica como garantía de no repetición, pues "sí vamos a seguir con una clase dominante que cree que nunca se equivocó, que los demás fueron los equivocados, que todos tienen que arrepentirse menos ellos, así no va a funcionar esto, aquí tiene que haber la responsabilidad histórica de quienes detentaron el poder a lo largo de la historia".
"Lo que nos está enseñando el proceso de La Habana es que con persistencia, con voluntad política, pese a las debilidades, a las ambigüedades, a los problemas, a los inconvenientes que se presentaron, se puede llegar a un buen logro, en esa misma dirección se puede lograr con el ELN, por eso es tan desafortunado lo que [está ocurriendo con Carlos Velandía", concluye Lozano].