Foto:Reuters
19 Jul 2017
El pueblo de Dkeika, situado en las colinas del sur de Hebrón, se enfrenta a una amenaza de demolición. El estado de Israel dice que fue construido ilegalmente y nunca fue un pueblo real, pero los residentes de Dkeika dicen que su pueblo se remonta a más de un siglo y se niegan a mudarse, diciendo que viven en su propia tierra.
“¿Por qué me obligan a abandonar mi tierra?”, dijo Odeh Najada, un residente que asistió a la sesión del Tribunal Supremo donde este caso está siendo juzgado. “Esta es la tierra de mi padre y de mi abuelo”.
Netta Amar-Shiff, quien representa a las personas residentes de Dkeika y hace parte de la ONG Rabinos por los Derechos Humanos, dijo a The Jerusalem Post: “Deben tener derecho a construir sobre sus propias tierras históricas. Tenemos fotografías aéreas, de 1945 a 2000 que indican la expansión gradual del territorio. Dkeika estaba ahí antes de 1967. Los pueblos existentes antes de 1967 no pueden ser reubicados o destruidos.”
La verdadera razón por la cual quieren demoler el pueblo beduino, Amar-Shiff alega, es “la ubicación estratégica de Dkeika, que interrumpe la continuidad territorial israelí entre Hebron y el Negev.” Ella sugirió que un asentamiento judío podría ser construido en el lugar de Dkeika.
En abril, el ministro de Vivienda, Yoav Gallant pidió intensificar la construcción las colonias israelíes en las colinas del sur de Hebrón. “La zona del Valle Arad y el sur de las colinas de Hebrón tiene que estar bajo el control completo del Estado de Israel para asegurar su soberanía. La clave para esto son los asentamientos”, dijo.
Amar-Shiff afirmó que obligar a los residentes a abandonar el pueblo de Dkeika sería un “crimen de guerra dentro de cualquier interpretación legal. El artículo 49 de la Cuarta Convención de Ginebra prohíbe el traslado forzoso de poblaciones protegidas de sus territorios”.