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Israel ha vuelto a bombardear Gaza tras un ataque por parte de la Yihad Islámica contra la población de Ashdod. En ambos ataques no se han reportado víctimas.

Oficiales del ejército Israelí han acusado a Hamas del último ataque, y han bombardeado posiciones del sur de Gaza. No ha habido ninguna víctima, y ,según ciudadanos Palestinos, se han atacado campos de entrenamiento de la Yihad Islámica.

El ministro de defensa Moshe Yaalon afirma que “...Israel no va a permanecer con los brazos cruzados tras del disparo de un cohete contra sus ciudadanos por parte de la Yihad Islámica...”.

Por otro lado, Hamas ha negado el incidente y ha detenido a varios dirigentes de la Yihad Islámica, acusados de romper la tregua decretada entre ambos estados. Medios de comunicación Palestinos como "Walla", afirman que el último ataque es debido a disputas entre las distintas facciones Palestinas.

Todo sucede en un contexto en el que Amnistía Internacional ha emitido un informe donde acusa a Hamas de haber realizado ejecuciones extrajudiciales, torturas y persecuciones contra colaboradores Palestinos con Israel en la última invasión de Gaza.

En total, habrían sido 23 ejecuciones extrajudiciales y cientos de torturas, ya que los líderes de Hamas habrían permitido a sus fuerzas de seguridad actuar sin ningún tipo de límite.

En medio del fuego cruzado, Netanyahu realizó declaraciones en las que afirmó que en unos meses el ejecutivo se había planteado la posibilidad de retomar las negociaciones con los Palestinos después de un año de bloqueo.

Gaza permanece totalmente destruida y su economía en crisis debido a la última ocupación Israelí, donde murieron en total 2.200 civiles y por la que se le acusa a Israel de crímenes de guerra y de lesa humanidad.