Los grises de los periodistas colombianos

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Foto: bocadepolen

Carolina Garzón Díaz - (@E_Vinna).

[9 Feb 2016]

[Desde las escuelas de periodismo y desde la vida misma se nos enseña que las personas, situaciones y los hechos no son blancos o negros, sino que tienen un amplio espectro de colores y muchos grises. Coincido, y creo que como periodistas decidimos sobre cuál de esos tonos escribir y contar las historias. Pero considero que esa paleta de colores aplica también a nosotros mismos como periodistas, entendiéndonos como seres humanos diversos con unos compromisos comunes en relación a nuestra profesión y ahí es dónde voy a profundizar aprovechando la fecha.]

[¿Cuál fecha? La conmemoración nacional del Día del periodista, un día que aplica sólo a Colombia en homenaje a la puesta en circulación del semanario "Papel Periódico de Santafé de Bogotá" el 9 de febrero de 1791. A nivel internacional el 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Periodista pero en Colombia, además del día nacional y el internacional, en el año 2004 se declaró el 4 de agosto como el Día del Periodista y Comunicador. Es decir, Colombia tiene tres fechas que podemos usar de excusa para hablar de los periodistas, nuestra profesión, nuestros logros, deberes y nuestras responsabilidades.]

[Con estos elementos claros, voy directo a mi punto: los periodistas en Colombia hemos sido víctimas históricas de la violencia expresada en asesinatos, amenazas, tortura, atentados, robo de información y persecución judicial; quienes se han dedicado con responsabilidad y pasión a este oficio se han visto envueltos en una vorágine de intereses, crímenes e historias memorables. No desconozco su valentía y me sumo a las voces que exigen protección y justicia para los cientos de periodistas que arriesgan su vida en las regiones, los medios locales, en las emisoras comunitarias, los periódicos alternativos y cualquier otro medio, grande o pequeño.]

[Pero sería ciego, miope o descarado de mi parte ignorar que en la misma medida en que hay mujeres y hombres admirables, de ética impecable y gran seriedad, hay periodistas que, en términos de Kapuscinski, son unos cínicos.]

[Nuevamente, como cada año, invito a que esta fecha, la conmemoración del Día del Periodista, sea un ejercicio de doble dirección: por una parte, exaltando las virtudes y gran importancia de nuestro oficio, y en otro sentido, generando una reflexión (y autoreflexión) sobre el poder que tenemos en nuestras palabras. Para ambientar este análisis propongo basarnos en textos como los][Principios Internacionales de Ética Profesional del Periodismo de la UNESCO][, la][Resolución 1.003 del Consejo de Europa][, la][Declaración de Principios sobre la Conducta de los Periodistas de la FIP][ y el][Código Deontológico de la Profesión Periodística de la FAPE][.]

[Estos documentos, cortos en su extensión, pueden leerse en código de derechos y deberes de los periodistas. Allí concuerdan en que la labor del periodista requiere de la garantía de ambas cosas para su ejercicio pleno,] [coincidiendo en la necesidad de respetar los derechos al acceso a la información, la libertad de expresión, la libertad de investigación y condiciones dignas de trabajo; y cumplir con los deberes de respetar la verdad, no distorsionar la información, respetar la dignidad humana, oponerse a la violencia, rechazar toda discriminación y corregir las informaciones falsas o erróneas.]

[Todos los periodistas somos seres humanos diferentes con opiniones y miradas respetables en una amplia gama de grises, pero nuestro trabajo trae consigo una responsabilidad que no podemos ignorar y que la sociedad está en derecho de reclamarnos. Espero que este Día nacional del Periodista y esta columna amplíen el debate sobre el ejercicio del periodismo en nuestro país y sobre su rol en un escenario de postacuerdo de paz.]