Foto: David Schwarz
Las comunidades negras e indígenas del norte del Cauca no solo deben luchar contra la acción de empresas multinacionales extractoras de minerales, las retro-excavadoras de los mineros nacionales, sino también contra la inacción del Estado.
En diciembre del 2014, el Ministerio del Interior se comprometió con la marcha de mujeres negras del norte del Cauca, a implementar políticas y acciones contra la minería legal e ilegal en el territorio, expulsando las dos mil retro-excavadoras de mineros nacionales, así como garantizando la revisión de permisos y procesos de consulta previa para los territorios mineros ya concesionados.
Sin embargo, nada de ello se ha cumplido, y al flagelo que viven las familias indígenas y negras, se suman ahora las constantes amenazas por parte de grupos paramilitares, que realizan llamadas y envían panfletos que firman como "Rastrojos" y "Aguilas Negras". Las amenazas "siempre están relacionadas con la minería", afirma Francia Marquez, lideresa del territorio. "La última amenaza llegó el 12 de febrero, nos mencionan a cuatro personas y familias".
La crisis de Derechos Humanos que se vive en el Cauca se ha profundizado en tal medida, que ha obligado a muchas familias a desplazarse hacia departamentos vecinos, o incluso fuera del país, porque "no hay medidas de protección completas para quienes estamos amenazados", insiste Marquez.
Para las comunidades del norte del Cauca, es contradictorio que el gobierno hable de paz, y siga victimizando a las comunidades. "Debe haber real decisión política por parte del Estado", concluye, Francia Marquez.
Este fin de semana, indígenas y comunidades negras del norte del Cauca realizaron una minga, para declararse en estado de movilización permanente contra este ataque en contra de sus comunidades.