Kathy Beitz, es una madre estadounidense invidente que tiene la enfermedad de Stargardt, enfermedad hereditaria que se caracteriza por una degeneración de la parte central de la retina, problema que le impidió ver desde sus 11 años de edad.
Gracias a la nueva tecnología de las gafas eSight, Kathy pudo ver a su hijo recién nacido. Este tipo de tecnología abre la posibilidad para que más personas en el mundo puedan recuperar su visión, aunque la dificultad de acceder a ellas es alta debido a su elevado valor, más de quince mil dólares.
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Con esta posibilidad abierta quedan las preguntas en torno al avance de la tecnología y las personas que se verían favorecidas por ese mismo avance. Las posibilidades son infinitas, pero también lo deben ser los alcances y la cobertura de los beneficios de la ciencia.