Foto: minagricultura
[1 Sept 2015]
El pasado mes de Agosto, indígenas de la comunidad Jiw que habitan la zona rural del municipio de Mapiripan en Meta, se percataron del abuso sexual y las torturas en contra de una niña indígena de tan solo 14 años. Según el relato que la menor entregó a los líderes comunitarios, paramilitares la secuestraron y la violaron mientras le preguntaban por los nombres de los líderes de la comunidad.
La denuncia de la Comisión de Justicia y Paz relata que ese mismo días, hacia las 4 Pm, la comunidad indígena encontró a la niña en grave estado de salud, sin embargo relató los hechos de los que había sido víctima. La menor de 14 años, que al momento de ser encontrada presentaba signos claros de tortura y abuso sexual, se encuentra recluida en una institución hospitalaria de la región.
En días anteriores indígenas Sikuane, habitantes del mismo municipio denunciaron que las mismas estructuras paramilitares que controlan en el casco urbano de Mapiripan y la zona rural de ese municipio denunciaron que los “urabeños” les exigieron que entregaran a 4 niñas de la comunidad para abusar sexualmente de ellas. Los paramilitares amenazaron a los indígenas luego que se negaron a entregar a las menores de edad.
Tanto la comunidad indígena Jiw como la Sikuane denunciaron a través de un video documental las operaciones paramilitares en la región como las actividades irregulares de la empresa palmera Poligrow, que ha venido apropiándose de manera irregular de las tierras y restringiendo el acceso a los territorios sagrados de las comunidades indígenas causando graves afectaciones a los ecosistemas.
Desde la masacre de Mapiripan, perpetrada por paramilitares en operación conjunta con las fuerzas militares, hecho por el que la Corte IDH condenó al Estado colombiano, los grupos paramilitares controlan la región sin que hasta el momento se haya logrado un desmonte efectivo de esas estructuras que operan a la vista de todos y con la complicidad de las FFMM y de policía.