Foto: You tube
[30 Ene 2016.]
En días recientes las Tinguas, una de las 166 especies de aves que subsisten en los humedales de la Sabana de Bogotá, se les ha visto paseándose por las calles, jardines y parques de la capital buscando agua.
La Tingua bogotana es una de las aves endémicas del altiplano Cundiboyacence; de allí radica su gran importancia. Es un ave que vive asociada al agua, con un largo pico rojo y grandes patas del mismo color. Por encima, su plumaje es café con manchas oscuras, por debajo es gris y en cada ala tiene una gran mancha café rojiza.
Según expertos, que las Tinguas se estén viendo obligadas a beber agua de los huecos del pavimento puede responder a dos fenómenos: el primero, relacionado con el calentamiento global que ha recrudecido la temporada de sequía en nuestro país. El segundo, referente a la degradación ambiental y disminución de los Humedales, debido a la contaminación o relleno de los mismos para actividades agrícolas, mineras y de construcción.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y BirdLife International, la Tingua bogotana entra en la clasificación de especies amenazadas de extinción. Aunado a esto, es preocupante la falta de interés y compromiso con la protección y conservación de los humedales de la ciudad por parte del actual alcalde, Enrique Peñaloza, quién ha expresado la creación de un circuito público ecológico y la construcción de la avenida ALO que afecta los humedales Capellanía, Juan Amarillo y La Conejera.