Foto: [traficoilegaldefaunayfloraencolombia.blogspot.com]

En el anterior programa de Onda Animalista hablamos sobre una de las problemáticas que más agrede los derechos de los animales. Se trata del tráfico de fauna silvestre, una actividad incrementa en época de vacaciones, no solo por personas que deciden lucrase con este negocio, sino también por los turistas, que muchas veces deciden llevarse a sus hogares como mascotas, animales que ven como exóticos, desconociendo el daño que les hacen.

Los animales son víctimas del ser humano, cuando son sacados de sus hábitats y pasan por proceso de maltrato que finalmente puede llevarlos a la muerte.

Colombia es reconocida como la cuarta nación en biodiversidad mundial, la primera nación en anfibios y aves, la tercera en reptiles y quinta en mamíferos, según datos de la Secretaría Distrital de Ambiente.

Cifras oficiales resaltan que en la primera mitad de año del 2014 en el país se incrementó un 26% el número de especies víctimas del tráfico de animales. Las guacamayas, loros, monos, tortugas, aves y serpientes son los animales que más se usan para comercializar, un negocio que después del tráfico de drogas y armas, es la tercera actividad criminal más lucrativa en el mundo.

Generalmente se piensa que el único responsable del comercio ilegal de animales es la persona que trafica, pero también es culpable, y así mismo será judicializado quien consuma o participe de esta actividad.