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Cesar Torres del Río
[4 Mar 2016 ]
[Aunque vivimos tiempos de desencuentros sociales y de declive de la razón estratégica, la resistencia popular se muestra activa, arrogante y desafiante. Resistir no es permanecer en el punto muerto de la pasividad; no es tampoco la aceptación humillante de una situación indigna. La resistencia es innata al sujeto social; se ejerce frente a situaciones de opresión, de agresión - física y/o de género -, de intolerancia frente a la condición sexual y al malestar mental, de amenaza o de peligro inminente proveniente del Leviatán. La resistencia puede apreciarse en un gesto, en un manifiesto, en una acción - individual o colectiva -. Toda resistencia es un][acto ético][; y éste nos coloca en el terreno de la transgresión - frente a (o en contra de) la ley, a la norma, a las costumbres, a los valores, a las ideologías, a los partidos “únicos” que representan la “conciencia de clase”, a las][Nomenklaturas][ y a los aparatos, a la autoridad paterna y a la “célula” de la sociedad, al Capital y al Leviatán, al sionismo, la Sotana y el Sable -. La Resistencia es hoy lo que caracteriza el contexto venezolano y haitiano.]
[En Haití la resistencia popular ha colocado en jaque a la corrupción y al continuismo. Michel Martelly, presidente hasta el pasado 7 de febrero, estuvo entre los que derrocaron a Jean-Bertrand Aristide, es duvalierista reconocido y ficha de Estados Unidos y Francia. El fraude en las elecciones para elegir nuevo presidente fue rechazado violentamente por la movilización popular, lo que obligó a posponer la segunda vuelta – hasta ahora no verificada; un presidente interino tiene la tarea de convocar nuevas elecciones en un plazo de seis meses. Pero el asunto no es la crisis electoral; es la crisis social y del Estado que parcial y relativamente ha tenido su reflejo en las elecciones. En la crisis social tiene mucho que ver la ocupación militar y “humanitaria” de la Minustah, iniciada en 2005, el ejército de las Naciones Unidas (en el que participan efectivos militares de Bolivia y Ecuador), cuya retirada está en el centro de la exigencia negra y popular; también cuenta el papel nada positivo de algunas ONG y la piratería financiera y extractiva de las elites nacionales y las multinacionales.]
[La resistencia en Venezuela tiene una distinta tonalidad. Compleja, apunta hacia tres direcciones: el imperialismo, la Oposición de la derecha interna y el curso autoritario de la dirigencia chavista y el PSUV. Ya lo hemos mencionado en anteriores oportunidades: durante el transcurso del proceso la corriente chavista optó por las concesiones al gran Capital permitiéndoles a las multinacionales incrementar sus negociados y nunca tocó un pelo al Estado - que mantiene su carácter burgués -, permitiendo, de contera, el surgimiento de una burocracia estatal que alimenta a la burguesía “roja rojita”.]
[Sus planes de desarrollo, es cierto, concretaron significativos avances para los sectores populares, y su esquema “progresista” logró hacer del][pueblo][ un referente de participación ciudadana y de democracia de base. Pero todo, hasta el momento, se ha canalizado, limitado y encauzado por los sectores dirigentes y más recientemente por el PSUV; cualquier demanda (política, social, económica …) que excediese lo aceptable se “corregía” (y se corrige) para no desestabilizar la institucionalidad “revolucionaria”.]Así, nunca ha habido “transición”[. Esta realidad, por supuesto, envalentonó a las derechas “callejera” y guarimbera y produjo a los Capriles, Ledezma, López y Machado que, con un poco de esfuerzo - y aún hoy fraccionadas – se alzaron con la mayoría electoral y hoy controlan la Asamblea Nacional e intentan sacar al presidente Maduro de la presidencia. Maduro, Cabello y el PSUV continúan prometiendo el socialismo bolivariano, el del siglo XXI, pero no mueven un dedo para incentivar la movilización popular; o mejor, sí lo hacen pero bien controladita …]
[La resistencia venezolana se manifiesta, pero en el entendido de defender y profundizar el proceso,][su][ proceso: el plebeyo, el de abajo, el que garantiza la][posibilidad][ de la transición. Esa resistencia tiene que impedir, por supuesto, que Maduro sea revocado, o expulsado del poder; tiene que mantener las conquistas sociales que el Chavismo impulsó y concretó; debe sobrepasar el autoritarismo. En eso consiste el acto ético.]